Un grupo de masones cubanos logró entrar este domingo a la sede de la Gran Logia de Cuba, en La Habana, tras protestar contra una sesión de la Alta Cámara, a la que califican de ilegítima.
"Lo que está pasando en la Gran Logia de Cuba es la muestra de la indignación a la que han llegado los masones por toda la injerencia e intervención de la Seguridad del Estado", dijo a Martí Noticias la periodista Camila Acosta, autora del libro "Del templo al temple, silencios y escándalos de la masonería cubana".
"Esta ha sido ya la explosión, de decir ya basta, no queremos que se sigan metiendo en nuestros asuntos internos. La Gran Logia es de todos los masones cubanos y no de un grupo al servicio de la Seguridad del Estado", agregó.
El domingo los masones llegaron al inmueble para evitar la sesión, convocada por Mayker Filema Duarte, quien fue destituido en mayo pasado de sus funciones como Gran Maestro pero que continúa fungiendo como tal, con el respaldo del Ministerio de Justicia (MINJUST).
"Él pretendía realizar este domingo una sesión de Alta Cámara pero más de la mitad de las logias no iban a poder estar porque él las ha suspendido", indicó Acosta.
"Ya él no es Gran Maestro y no tiene autoridad para hacer algo así, por lo que los masones decidieron ir hasta la Gran Logia e impedirle que hiciera esa reunión. Cuando llegaron, hubo masones -al servicio de Filema- que intentaron impedir la entrada, incluso algunos echaron alcohol en la cara a otros", detalló la reportera.
“Esta es nuestra casa, ustedes no pueden impedirnos la entrada a nuestra casa; la Gran Logia es de todos los masones, no de ustedes. Están violando la Constitución masónica al impedirnos entrar”, se escucha en uno de los videos publicados por el medio independiente CubaNet.
Los masones estuvieron plantados durante todo el día y el edificio fue rodeado por agentes de la Seguridad del Estado.
Tras la destitución de Filema, los masones designaron de forma provisional a Juan Alberto Kessel Linares como nuevo Gran Maestro.
El sábado las autoridades lo detuvieron a él y a Víctor Bravo Cabañas, elegido como Gran Secretario, tras ser citados para una supuesta “entrevista” en la unidad de la Policía de Picota.
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